Allá por los años 1780, cuenta la historia, vivía Marianito Mayta. Marianito era un pastor, quién era mandado todos los días a pastear sus rebaños de ovejas, llamas y alpacas, junto a su hermano mayor. Al cabo de un tiempo el hermano mayor se iba a pasear y hacer otras cosas, y bajo amenazas y abusos hacía que Marianito no dijera nada y cuidara a los rebaños él sólo, con travesías de a veces días para encontrar pastos frescos y buenos para el rebaño, cruzando las montañas y llegando hasta las vastas pampas glaciares.
Algunos de los vecinos del padre de Marianito, quienes lo veían solo por los apus, cerros y montañas, le dijeron a su padre a manera de advertirle, que algo malo le podría pasar, vagando solo por las montañas con los rebaños por a veces días, y que mientras tanto el hijo mayor estaba feliz en la ciudad. Esto sorprendió al padre de Marianito, ya que los rebaños sólo estaban mejor y creciendo como nunca antes hace varios meses, entonces fue y preguntó a Marianito que es lo que pasaba y Marianito le contó la historia.